¡SI NO ERES PARA MÍ, NO ERES PARA NADIE!
¿Enfermedad o mucho amor?
El amor y los celos están íntimamente relacionados, ya que quien ama permanece habitualmente en estado de alerta hacia
la otra persona. Los celos en pequeñas dosis son saludables e incluso pueden
calificarse de románticos pero cuando son excesivos pueden resultar enfermizos y
llegar a causar irremediable dolor. Como en muchos de los problemas
psicológicos, los celos son el inicio y el desencadenante de una situación
personal y familiar insostenible.
El principal problema es que aunque sí
se puede alcanzar un cierto control, su curación es muy difícil. Una vía para
dominar los celos es hablar abiertamente de ellos con la persona que se los
provoca y, en su caso, con el especialista. Es fácil que en toda relación se
produzcan celos por temor a perder al ser querido, pero hay que ser capaz de
controlarlos para lograr ser feliz, pues la persona celosa difícilmente puede
serlo, ya que sus deseos por controlar a su pareja de forma continua, y el
sospechar de todos sus actos, le imposibilita conseguir esa
felicidad.
Debajo de esta problemática encontramos:
- Una baja autoestima (aunque parezca lo contrario).
- Dificultad para valorarse a sí mismo.
- Pérdidas afectivas en la infancia ocasionadas por padres poco valorativos de las virtudes de los hijos, muy
exigentes y muy críticos.
- Patrones afectivos mal aprendidos o modelos poco útiles para seguir.
Baja autoestima
Las sujetos especialistas en el tema, consideran que los celos surgen en aquellos individuos inseguros que no confían en
que su pareja sea capaz de quererle y de ser le fiel. Cuando una persona tiene la
autoestima por los suelos, le resulta difícil llegar a creer que alguien pueda
fijarse en ella, por lo que empiezan las dudas y se llegan a ver traiciones
donde realmente no las hay.
El historial de críticas y menos valoración que arrastra una persona celosa, hace que no sepa apreciar lo que los demás
hacen por él, y que lo interprete como si no fuese para él, como si debe de
haber otro motivo para que se actúe así, motivo que habitualmente se encuentra
en un posible amante que hay que ocultar, y todas las conductas que realice su
pareja serán nuevamente interpretadas por el celoso hacia ese punto.
El problema está en la pérdida de autoestima que ha sufrido esta persona y que le hace verse como poco merecedor
de cariño o aprecio. En su pensamiento sólo hay ideas del tipo:
- "No valgo para nada"
- "Nadie puede quererme porque soy un perdedor"
- "Por qué me quiere mi pareja si no valgo para nada"
- "Seguro que me está engañando"
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